Dr. Carlos M. Malgrat García, gestor de la Psicología en Panamá
Desde los 18 años se dedicó a estudiar, investigar e innovar en los diversos campos de la Psicología, sobre todo en la parte clínica
A todas las personas no se les ha dado la oportunidad y hasta la fortuna de tener maestros. En el caso mío he tenido cuatro, pero esta vez me ocuparé del que más ha influido en mi vida: el Dr. Carlos M. Malgrat G. Desde que lo conocí en 1978, al ingresar a mi primer año en la carrera de Psicología, hubo una empatía entre los dos que, posteriormente, se tornó en una gran amistad y vinculación entre discípulo y maestro. No solo fui su estudiante, sino un admirador y seguidor de su personalidad, cultura, humanismo, erudición y guía moral.
El Dr. Carlos Malgrat fue, un científico de la Psicología en toda su profundidad y extensión, además de un profesional consumado, catedrático distinguido y persona íntegra. Hizo estudios simultáneos de Doctorado en Medicina Homeópata y Cibernética en la Universidad Tecnológica Nacional de La Habana, en 1952 y Licenciatura en Psicología en esta misma universidad, en 1953. También fue primero ayudante y luego realizó Neurocirugía en el Hospital del Estado en La Habana, Cuba.
Desde los 18 años se dedicó a estudiar, investigar e innovar en los diversos campos de la Psicología, sobre todo en la parte clínica. También en campos afines, como la Educación, el Arte, la Matemática, la Psicología Forense, la Lingüística y la Literatura, la Cibernética y la Antropología Cultural. Participó en muchos congresos nacionales e internacionales con aportes valiosos.
En el campo de la Psicología fuimos muy afines en nuestra conceptualización y práctica de la Teoría Reflejo Condicional, de la Neuropsicología y de la Cibernética, y de su teorización, manejo y experiencia de la Psicología Clínica, que eran incomparables. Pero no solo eso; el Dr. Malgrat es el psicólogo que comprendía, sin exagerar, todos los campos de la Psicología: desde las ramas mencionadas, pasando por la Psicología Social, la Psicología de la Personalidad, la Parapsicología, la Psicología Animal, hasta la Psicología del Arte.
Desde los 18 años se dedicó a la Psicología, sobre todo la clínica. Su teorización, manejo y experiencia de la Psicología Clínica eran incomparables. Hizo toda una aportación y legado en: la aplicación, interpretación y diagnóstico del test de Rorschach, la prueba de PMK, sobre todo en casos de Psicología Forense, la adaptación del test de intereses de Brainard y Brainard, la didáctica de las Matemáticas y del ajedrez, el tratamiento de las adicciones, del estrés, la orientación profesional e incursionó hasta en los valores y el arte.
En fin, toda una experiencia, contribución y legado en muchos de los campos de la Psicología. Habría que hacer una publicación especial posterior solo con su currículum vitae: de calidad, efectividad en la clínica psicológica y gran legado a la ciencia del comportamiento.
Es necesario resaltar sus aportes a la aplicación clínica de la hipnosis y al diagnóstico y tratamiento de las psicosis como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, las psicopatías y otras psicosis. Esto lo hizo en diversas instituciones públicas de Cuba, como en la Universidad de Panamá y en la clínica privada. Hizo variaciones a la implementación de la hipnosis terapéutica, haciéndola más efectiva para el bienestar de los pacientes. Por tal motivo, es considerado precursor de esta técnica a nivel continental.
Era el psicólogo ideal: un equilibrio mental casi perfecto, conocimiento profundo de todas las teorías y ramas de la Psicología, teórico y práctico en su pensamiento y en su hacer, manejo e interpretación inigualable de la psicoterapia y de la Neuropsicología, y sobre todo su sabiduría y dechado ético. Además, siempre me enfatizó que el psicólogo debe ser culto; yo he tratado de serlo. Que el psicólogo debe leer de todo; me repetía siempre la frase del médico español José de Letamendi: ‘El psicólogo que solo Psicología sabe ni Psicología sabe’. He seguido y tratado de aplicar esa sentencia dentro de mis posibilidades y circunstancias.
Pero además, el Dr. Malgrat era un humanista, sin lugar a dudas. Era médico homeópata, psicólogo, pedagogo, cibernetista, actor, pianista, director de escenas del Ballet de Alicia Alonso, deportista y humanista. Por eso, no solo yo, sino muchos de sus estudiantes, fuimos y somos sus admiradores y seguidores de todo su dechado y legado como científico de la conducta, catedrático, persona y ciudadano.